"Say What You Want" lo tiene todo. El riff de guitarra nos mete en la canción de lleno, el puente tiene una melodía preciosa y el estribillo es perfecto. Definitivamente, es una de las mejores canciones pop de la historia.
Tampoco puede decirse que los singles estuvieran mal escogidos. "Halo", con sus cuerdas apabullantes, cansa sólo a partir de la escucha sistemática, porque este tema, a día de hoy, aún se sigue oyendo. Otro de los clásicos indiscutibles del disco junto a "Say What You Want" o "Black Eyed Boy", es uno de los mejores tributos que pueden hacerse al sonido Motown.
A algunos todavía se nos ponen los pelos de punta con "Put Your Arms Around Me", que también resultaba escalofriante en su versión acústica. Sharleen Spiteri deslumbra en este álbum y recorre el mismo siempre en la justa medida, sin artificios y con total naturalidad . Nada excesiva, la verdad...
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