24 julio, 2014

MERCEDES SOSA - "INTERPRETA A ATAHUALPA YUPANQUI" (ARGENTINA - 1977)

"No es la primera vez que se unen, en la magia perpetuadora de belleza y sonidos que es el disco, las canciones de Atahualpa Yupanqui y la voz de Mercedes Sosa. Pero esta vez la conjunción se ha dado de modo especialísimo, no sólo como homenaje —pues el reconocimiento es ya largo— al compositor del venero fecundo, sino como tributo y loa al fabricante de los versos y a la singular recreadora de su espíritu, que les dio vida y raíces, ojos para mirarlo y corazón para amarlo. Del río y de la montaña, del bosque y de la pampa, surge la canción. Pasa por la garganta, vibra en un instrumento. 

He tenido la gran suerte de presenciar una parte de la grabación de este disco. Y con Mercedes, cuya voz vence el frío del invierno, con Domingo Cura que hace sonar el bombo en un rito majestuoso y jovial, con Óscar Alem que da al bajo sonoridades y ritmos de agua profunda, con Nicolás Brizuela puesto a pulsar su guitarra criollísima y con Santiago Alberto Bértiz, "Pepete", en las cuerdas de las que no se sabe bien si de pronto van a salir volando mariposas o pájaros, he asistido a una especie de prodigio.

Llegamos al estudio, tras un simple tararear de Mercedes en la línea melódica, tras una breve, certera, indicación técnica de Alem y un repaso ligero de acordes y compases de "Pepete", brotaron las zambas y las chacareras del maestro. En menos de dos horas y media de labor, cinco canciones de Atahualpa Yupanqui quedaron —el punteo, el rasgueo, las cadencias, el gorjeo y el son— para deleite de tantos que somos hoy, y de muchas que mañana serán, plasmadas sin mancha en el acetato bendito.

Muchas veces me he preguntado, desde mi estremecimiento dulce, oyéndola una y otra vez pero nunca bastante, cual es el secreto de Mercedes en su voz que traspasa todos los muros y los años y llena el firmamento. Y no he podido hallar en los pentagramas la respuesta cabal. No es sólo cuestión de afinación, de aire amplio, de ritmo dominado, perfecto. Va más allá, cielo arriba: porque amor es su palabra fundamental y amar es el verbo mayor que ella conjuga. Y ahora lo confirmo. Porque en ella va la poesía inviolable de la tierra".
 
Alberto Domingo.
(Revista "Siempre". México).
 
 


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