Abre el álbum la canción que le da título, "Trampas", y sus arreglos de cuerda ya nos vaticinan que no va a ser el típico trabajo de cantautor repetitivo y monótono. Podemos encontrar rock, pop, sonidos näif... Todo un mundo de música con mayúsculas destinado a prevalecer.
No es un disco efímero y de una sola escucha. Cuanto más se oye más secretos vamos descubriendo, más cajoncitos abrimos en cada una de las canciones y más prisionero estamos en el universo único de Vanesa Martín.
"En las letras canto a verdades. Verdades comunes, cosas que vivimos en primera persona o que nos tocan de cerca, sentimientos que cualquier ser humano ha experimentado. Canto al amor pero no sólo de pareja, al desamor, a las cosas que me inquietan, abriendo la temática y avanzando quizá un poco más en el camino de la crítica, a la superficialidad e indiferencia ante ciertas hechos que ocurren en nuestras narices. Canto con rabia pero también con ternura, con nostalgia y con pasión, canto susurrando y a veces haciendo locuras ... En definitiva, canto a la vida y al aire que nos mantiene, porque eso es sentir y lo hago queriendo acercarme al vértigo de las sensaciones", añade la malagueña.
"Trampas" es el fruto de tres años de trabajo y en él se reflejan muchas ilusiones, sueños y superaciones pero, sobre todo, del talento de una artista que está llamada a ser de las más grandes de nuestro país. Y si no, al tiempo.
Es respetada por los artistas, que le piden canciones sin parar, por un público que, a pesar de lo intermitente de su presencia en los medios, la sigue fielmente.
"Resumiendo, un disco para meterse de lleno en él y hacerlo tuyo.
Un disco descarado, intenso y caprichoso. Ahí quedan mis trampas". (Vanesa Martín).
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