04 octubre, 2014

LUKE WINSLOW-KING - "THE COMING TIDE" (USA - 2013)

Escuchar "The Coming Tide" de Luke Winslow-King, es como darse un garbeo por el hogar adoptivo del artista, New Orleans. Es el sonido de la comunidad, dualidad emocional, espiritualidad y conservación histórico-musical vivida en la calle y no preservada en un bote de formol. Es el sonido de la madera rechinando en los porches en las húmedas tardes de verano, de las mugrientas calles de los barrios de Nueva Orleans más allá del French Quarter, de las celebraciones en cientos de iglesias y lugares de reunión, y de la actitud de "todo es posible" de los tugurios de jazz y de los clubs de folk de la ciudad.

"The Coming Tide" une en un disco la educación musical académica de Winslow-King con la adaptabilidad y espontaneidad de la música callejera, las voces invitadas de Esther Rose y un plantel de músicos de la ciudad de clase "cinco estrellas". El resultado es una vibrante amalgama de jazz de principios del siglo veinte, blues, folk americano y gospel sureño.

"The Coming Tide" declara que a pesar de que las cosas de la vida pueden ser funestas, siempre hay razón para encontrar un lado positivo. Cuando Winslow-King y Esther Rose cantan en armonía, como en la canción que da nombre al disco, es fácil sentirse transportados en tiempo y lugar. Sin narrar cada escena de una manera obvia, "The Coming Tide" ofrece al oyente de manera fluida y natural visiones casi cinematográficas de distintas atmósferas, estados de ánimo y de la gente que los rodea.

Esther Rose martillea la tabla de lavar en "Movin' On (Toward Better Days)" mientras una animada conversación entre el trombón y la trompeta da vida a un ruidoso cabaret. "Staying In Town" es una historia de amor entre dos antiguos balas perdidas a ritmo de vals, mientras que "You & Me" es una resquebrajada fotografía en blanco y negro de noches de baile mejilla con mejilla Más tarde Winslow-King sube la temperatura, (como si se fuese a Texas), con la versión de Blind Willie Johnson "Keep Your Lamp Trimmed and Burning" y se regocija con su maestría a la guitarra slide y el bottleneck. El tema que cierra el álbum es una agradablemente inesperada y estilísticamente oscura aproximación al "I’ve Got My Mind Set On You", de Rudy Clark que nos deja queriendo más.

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